Los beneficios de estudiar lengua de signos, también conocida como lengua de señas, hace que multitud de padres se planteen si puede ser una buena idea animar a sus hijos a conocer este tipo de lenguaje.
Y es que, aunque en la mayoría de ocasiones los progenitores hacen todo lo posible por conseguir que los pequeñines tengan la oportunidad de aprender inglés, francés, alemán y otros muchos idiomas, no hay que olvidar que conocer la lengua de signos también puede resultar muy ventajoso para ellos.
Por eso a día de hoy son muchos los grandes y pequeños que, pese a no padecer sordera ni ningún otro tipo de incapacidad para percibir los sonidos, deciden estudiar lengua de signos.
Pero, ¿qué beneficios aporta conocer la lengua de señas? En Wikiduca hemos reunido algunas de las principales ventajas de estudiar este tipo de lenguaje que quizás no conocíais. ¿Queréis descubrirlas?
El origen de la lengua de señas
Antes de conocer los beneficios de estudiar lengua de signos, desde Wikiduca nos gustaría hablaros de su origen, el cual se remonta al siglo XVII.
Fue por aquel entonces cuando un lingüista americano llamado William Dwight se dio cuenta de que los niños que padecían sordera se comunicaban con sus padres mucho antes que aquellos que se criaban con progenitores que no tenían problemas auditivos.
No obstante, su teoría no tuvo seguidores ni apoyos y no fue hasta el año 1982 cuando la doctora Linda Acredolo comprobó que su pequeñina usaba los gestos cuando quería comunicarse con ella pero aún no sabía hablar.
Este hecho la llevó a aunar fuerzas con su compañera, la doctora Susan Goodwyn, y a investigar el funcionamiento de la lengua de signos entre los bebés.
¿Cuáles son los beneficios de estudiar lengua de signos?
Estudiar lengua de signos resulta de lo más beneficioso tanto para los niños como para las personas adultas. Además, vuestros peques pueden complementar su estudio con el aprendizaje de inglés mientras se divierten viendo series de dibujos animados en versión original.
Una mayor comunicación
Los individuos que deciden aprender un nuevo idioma o lenguaje tienen la oportunidad de comunicarse con multitud de personas del mundo entero, así como conocer diferentes culturas, costumbres y maneras de vivir, algo que también se disfruta al aprender lengua de signos.
Conocer mejor los estados de ánimo
Hablar con alguien en lengua de señas conlleva tener que estar muy pendiente de todos sus gestos, lo que permite conocer mejor cuáles son sus sentimientos, sensaciones y estados de ánimo, así como estimular la empatía, es decir, la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona.
En niños con autismo
En el caso de los niños autistas, estudiar lengua de signos se convierte en una excelente opción debido a que se trata de una alternativa al habla.
Si queréis conocer más formas de facilitar la vida de los niños autistas os gustará el post donde os hablamos de RESETEA, un reloj que mejora la vida de las personas con autismo.
Aprender palabras con una mayor facilidad
Los peques que estudian lengua de señas ponen en marcha el área del cerebro relacionada con el aprendizaje de símbolos. Es por ello que conocer este tipo de lenguaje hace que sea más sencillo aprender nuevas palabras y conocer una amplia variedad de vocablos.
Ideal para los bebés
Los bebés lloran con mucha frecuencia y, en multitud de ocasiones, los padres no saben cuáles son las causas de su incesante llanto.
Esto provoca que algunos progenitores decidan estudiar lengua de signos para enseñársela a sus hijos, ya que los bebés son capaces de comunicarse con gestos desde los seis meses de edad.
Apto para todos los públicos
A pesar de que hasta hace unos años tan solo las personas con sordera tomaban la decisión de aprender lengua de señas, en la actualidad cada vez son más los niños y las personas adultas que aprovechan las ventajas de conocer el lenguaje de signos, ya que no solo quienes padecen problemas de audición pueden beneficiarse de sus virtudes.
No olvidéis que, durante los primeros tres años de vida, tiene lugar el 80 % del crecimiento cerebral, por lo que se trata del mejor momento para enseñar lengua de signos y cualquier otro idioma a los más pequeñines de la casa.
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