El invierno acaba de empezar y el viento, la lluvia, la nieve y las bajas temperaturas se han instalado en prácticamente la totalidad del territorio español, lo que ha llevado a muchos padres a preguntarse cómo proteger a los niños del frío.
Y es que los peques tienen una piel mucho más delicada que la de los adultos que debe protegerse de un modo especial. Además, es frecuente que los resfriados se instalen en su pequeño cuerpecito, lo que hace que saber cómo proteger a los niños del frío cobre una importancia aún mayor.
En Wikiduca nos encanta ayudar a padres y maestros a conseguir que los chiquitines se sientan lo mejor posible y crezcan sanos y felices. Por eso hemos decidido compartir con todos vosotros estos consejos para protegerles de las bajas temperaturas.
No obstante, si vivís en un lugar especialmente frío y preferís quedaros en casa cuando los termómetros marquen algunos grados bajo cero, recordad que también podréis pasarlo en grande junto a los peques disfrutando de los regalos de Navidad y de juegos educativos como la app para aprender inglés de Wikiduca.
Cómo proteger a los niños del frío
Si os animáis a poner en práctica estos consejos que os explican cómo proteger a los niños del frío durante la época invernal podréis cuidar su delicada piel y mimar su salud de una forma sencilla para que puedan jugar al aire libre sin riesgos.
Ropa abrigada
Una de las primeras cosas que deben hacer los padres y madres antes de salir de casa con los peques durante esta época del año es, evidentemente, abrigar bien a sus hijos.
Para ello es necesario ataviarles con jerséis de lana, bufanda, guantes, gorro y abrigo. Si llueve o está nevando, os recomendamos que complementéis su vestuario con unas botas de agua para que puedan disfrutar al máximo de la nieve y los charcos sin peligro de contraer un resfriado o una gripe.
Piel hidratada
Es muy probable que, cuando salís a la calle en un día muy frío, notéis que la piel se tensa y que los labios se agrietan. En los peques esto ocurre con una mayor intensidad, ya que su piel es mucho más sensible que la de las personas adultas.
De ahí la importancia de hidratar su piel todos los días con productos adecuados a su edad que, a ser posible, no contengan sustancias químicas. De este modo evitaréis la aparición de irritaciones, rojeces, escozor y descamación; unos síntomas muy frecuentes en las pieles secas y con falta de hidratación.
Precauciones especiales en la nieve
Es común que las familias aprovechen la Navidad y las vacaciones para ir a esquiar en compañía de los pequeñines, quienes lo pasan de fábula deslizándose por la nieve y jugando con ella.
Sin embargo, las jornadas en las pistas de esquí requieren de una atención especial debido no solo al vestuario, que debe ir acorde al contexto y a las temperaturas, sino también al sol.
¿El motivo? Que la nieve se convierte en una superficie reflectante que aumenta la irradiación de los rayos solares, lo que, unido a la falta de calor, se traduce en exposiciones al sol más largas y más perjudiciales para la salud.
Si queréis evitar la aparición de manchas, quemaduras y melanomas no os olvidéis de proteger vuestra piel y la de vuestros hijos con cremas que contengan un elevado factor de protección solar que, si es posible, sea superior a 50.
Una alimentación sana y variada
Los alimentos que consumimos a diario también juegan un papel fundamental en la protección de la piel y el cuidado de la salud durante los meses de invierno. Si os preguntáis cómo proteger a los niños del frío recordad que será muy importante que en su dieta no falten los siguientes ingredientes:
- Frutas ricas en vitamina C: la vitamina C fortalece el sistema inmunológico y previene la aparición de gripes y resfriados. Por eso en la alimentación de vuestros hijos no podrán faltar las naranjas, los kiwis, los limones y las papayas.
- Legumbres: aunque las lentejas y los garbanzos no suelen ser del agrado de los peques, es importante que intentéis incluirlos en su dieta debido a que aportan proteínas, minerales y vitaminas que mantienen el organismo sano y fuerte y a que son de lo más saludables.
- Ajo y cebolla: el ajo y la cebolla se han convertido en auténticas maravillas de la naturaleza y son muchas las personas que los consideran antibióticos naturales a causa de su capacidad para aumentar las defensas del organismo y prevenir la aparición de gripes y resfriados. Aunque lo mejor es consumirlos crudos, podéis incluirlos en vuestras recetas de cocina favoritas para que sean más fáciles de comer.
- Sopa: ¿vais a pasar el día de excursión por la montaña, paseando por el campo o esquiando? En ese caso nada mejor que acabar el día con un delicioso y calentito plato de sopa que reponga fuerzas, caliente el cuerpo y aporte multitud de nutrientes.
¿Os ha gustado este post que os explica cómo proteger a los niños del frío? Recordad que su cuerpo es mucho más sensible y delicado que el nuestro y que los peques necesitan unos cuidados especiales durante los días más fríos del año.