Cuidar la salud de los niños y conseguir que crezcan sanos, fuertes y felices es, sin duda, el principal objetivo de los papás y mamás.
Uno de los factores que más influyen en el bienestar de los peques (y de los mayores) es la alimentación, la cual debe ser sana y variada y huir del abuso de las chucherías, las bebidas con gas, las frituras y las grasas saturadas.
Para cuidar la salud de los niños a través de una dieta sana y nutritiva, es necesario acostumbrarles a comer de todo desde que son chiquitines, lo que facilitará la inclusión en su alimentación de ingredientes tan saludables como los que os describimos a continuación.
Yogur
El yogur es un producto rico en calcio que fortalece los huesos y los dientes, por lo que resulta de gran importancia en los periodos de crecimiento.
En los supermercados podemos encontrar una amplia variedad de sabores, por lo que dar con un yogur que resulte del agrado de vuestros hijos no será difícil.
¿Una buena idea? Mezclar trocitos de fruta fresca con un yogur natural no azucarado. ¡Ideal para cuidar la salud de los niños e introducir las frutas en su dieta diaria!
Salmón
El color sonrosado del salmón suele captar la atención de los peques, por lo que no os resultará complicado conseguir que este pescado forme parte de su alimentación.
Podéis prepararlo a la plancha, al horno, hervido, rebozado o servirlo crudo y acompañarlo de unas ricas patatas hervidas.
¿Su gran beneficio? El hecho de ser rico en omega 3, que se ocupa de reducir el riesgo de padecer enfermedades del corazón y de prevenir la pérdida de memoria.
Pavo
Son muchos los niños y niñas que padecen obesidad, la cual puede traer consigo la aparición de problemas cardiovasculares, diabetes e, incluso, baja autoestima.
Para evitar el sobrepeso es vital animar a los pequeñines a hacer deporte y sustituir la carne de cerdo por la de pavo. Un ingrediente bajo en grasa que, además, contiene triptófano, una sustancia que previene el insomnio y ayuda a los niños a dormir mejor.
Espinacas
Las espinacas también deben tener un hueco destacado en la despensa de los padres que desean cuidar la salud de los niños.
¿El motivo? Que, además de contener muy pocas kilocalorías y de prevenir el sobrepeso y la obesidad, son ricas en calcio, hierro y ácido fólico.
Gracias a estas beneficiosas sustancias, los peques que consumen espinacas desde chiquitines tienen la oportunidad de crecer con unos huesos sanos y fuertes y huir de la anemia.
Si queréis que vuestros hijos amen las espinacas, podéis convertirlas en las protagonistas de vuestras sopas y cremas o combinarlas con ingredientes muy coloridos para crear platos divertidos y apetecibles.