La pandemia de Covid-19 ha provocado que quedarnos en casa se haya convertido en algo esencial para reducir el número de contagios y frenar la expansión del coronavirus.
Sin embargo, el confinamiento puede tener consecuencias negativas tanto en los niños como en las personas adultas y derivar en la aparición de ansiedad, frustración, problemas para conciliar el sueño y dificultades para socializar.