¡Jugar, jugar y jugar! Esta es la palabra que suena con más fuerza en las cabecitas de los peques, quienes esperan con ilusión el momento de llegar a casa después de la escuela para disfrutar de sus juguetes.
Los juegos son fantásticos para aprender, para pasar un rato divertido, para compartir momentos de alegría junto a amigos y familiares e, incluso, para mejorar la salud.
Una tiza, una piedra y un trocito de suelo. Esto es lo que se necesita para disfrutar de la rayuela, un pasatiempo ideal para aprender jugando que nació hace cientos de años.