Cómo inculcar valores en los niños

La sinceridad, la humildad, la generosidad, la tolerancia, la amistad… Inculcar valores de este tipo en los niños es vital para todos los papás y mamás.

En Wikiduca intentamos aportar nuestro granito de arena exaltando la importancia de la amistad y la generosidad a través de nuestros juegos, ideales para disfrutar de un rato divertido junto a otros compañeros y perfectos para estimular el esfuerzo y la superación personal en los niños.

Para continuar con esta bonita labor, hoy vamos a daros algunas pautas para que aprendáis a inculcar valores en vuestros hijos y les ayudéis a ser magníficas personas.

Decir la verdad

Para conseguir que vuestros hijos sean sinceros y huyan de las mentiras, es importante que les deis ejemplo siendo honestos y que les expliquéis que será vital que digan siempre la verdad si quieren ganarse la confianza de sus amigos.

Compartir es vivir

¿Alguna vez os habéis sentado junto a vuestros hijos mientras jugaban con otros niños? Si lo hacéis, podréis inculcar valores tales como la amistad y la honestidad invitándoles a compartir sus juguetes con otros chicos y evitando que hagan trampas al jugar.

Potenciar la empatía

Ser empático supone tener la capacidad de ponernos en el lugar de otras personas y de saber cómo se sienten. Para fomentar la empatía en vuestros chiquitines, os aconsejamos que, cuando no sean buenos con un compañero, les preguntéis si a ellos les gustaría que les hicieran lo mismo.

De este modo, aprenderán a ponerse en la situación de la otra persona y evitarán hacer aquello que no desean que hagan los demás.

Pensar antes de actuar

¿Vuestros hijos han hecho algo malo? En ese caso, es importante que les expliquéis qué es lo que han hecho mal, por qué está mal y cuáles son las consecuencias de sus acciones.

En futuras ocasiones, tendrán en cuenta los resultados de sus prácticas antes de llevarlas a cabo.

¿Qué hacéis vosotros para inculcar valores en los niños? Aunque es una acción que implica tener mucha paciencia, al final merece la pena, ya que nos da la oportunidad de hacer de nuestros hijos personas generosas, tolerantes, sinceras y ¡maravillosas!